Hablar de Noam Chomsky no solo
nos remite a un intelectual eminente en el campo de la lingüística sino a un
hombre comprometido con las problemáticas actuales. Filósofo, autodefinido como
anarquista o socialista libertario, y activista crítico con el capitalismo
contemporáneo y la política exterior de los EE.UU. Es un escritor
prolífico que cada tanto nos entrega lúcidas advertencias preclaras que brillan
por esa mezcla de solidaridad y esperanza.
Esta vez
llega al mundo editorial hispano con la editorial Irreverentes (bajo la traducción del escritor uruguayo Jorge Majfud, edición que ve la luz en 2012), su libro Ilusionistas, siendo las principales
preocupaciones de Chomsky, una vez más: la crisis económica como arma de
enriquecimiento vergonzante de los más poderosos, el sentido de la
democracia, las diferentes formas de dictadura y la imposición de la representación
de la realidad. No es un libro más porque esta entrega compendia realmente
bien su pensamiento, con una explicación didáctica y detallista de argumentación
sólida, desenmascarando la realidad del sistema capitalista y mostrando cuáles
pueden ser las bases para crear un mundo distinto, más solidario y libre.
En el primer capítulo, retoma la
historia de una niña que conoció en Beirut en 2006, sobre la cual había escrito
años antes. A partir de ella, Chomsky repasará la lógica histórica de las
últimas décadas en regiones tan distintas como Libia, América Central y Haití,
centrándose en las relaciones de poder de los gobiernos dominantes, la
ingeniería de sus represiones, las estrategias de las representaciones de la
realidad, la omnipresencia de sus aparatos propagandísticos, las narrativas
sociales que piensan por los individuos, y los medios que justifican los fines.
También se ocupa de las relaciones
entre los Estados y las corporaciones, detallando las formas en que “lobbies”
privados conducen las políticas de Estado, desde la política de Gran Bretaña en
tiempos de Adam Smith hasta las más recientes intervenciones de Estados Unidos
en América Latina. Toca el tema de las más recientes revueltas en el mundo
árabe para luego desmenuzar lo que considera la raíz de los conflictos actuales:
cómo las naciones vencedoras de la Segunda Guerra, con Estados Unidos a la
cabeza, desarrollaron planes nefastos referidos a intereses en áreas
estratégicas, como lo son aquellas que concentran las fuentes de energía
fundamentales.
Según afirma Chomsky: “Hoy en día
los amos de la humanidad son las corporaciones multinacionales y las
instituciones financieras. No obstante, la lección histórica sigue siendo
válida y ayuda a explicar por qué el complejo estatal-corporativo es
realmente una amenaza para la libertad y, de hecho, para la supervivencia
de la especie”. El capitalismo, según refiere el intelectual norteamericano, no
es el peor de los sistemas que registra la historia sino el más hipócrita y de
allí nace la referencia a “ilusionistas” pues aquellos que nos venden estos
tiempos como los mejores son meros vendedores de ilusiones.
Ilusionistas culmina con
un apartado de preguntas y respuestas donde se perfila la genial agudeza de Chomsky,
con dosis optimistas, siendo los problemas ambientales los que más le
preocupan. Concluye que las sociedades han hecho ciertos progresos, no por el
buen corazón de quienes ostentan el poder sino por el activismo de los grupos
de trabajadores y ciudadanos comunes, sin el poder de los capitales, de los
gobiernos y de la gran prensa, pero suficientemente organizados como para decidir
por ellos mismos.
Una vez más Chomsky ejerce
pensamiento crítico y logra desplegar sus conocimientos con sentido independiente
e inconformista. Conoce demasiado bien las raíces de la
política norteamericana y la economía mundial, por lo que resulta
pertinente encontrarnos una vez más con cada uno de sus libros. En este caso
específico, nos da las pistas para ver la luz al final del túnel y no ser
engañados por las mentiras oficiales.
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